No cabe duda de que la COVID-19 ha supuesto un gran impacto para la industria de la gastronomía. Si estás pensando en estudiar un grado en Gastronomía y Artes Culinarias, o si ya formas parte del sector profesionalmente, tener en cuenta su influencia e intentar comprender sus efectos a largo plazo te permitirá tomar mejores decisiones.
Aunque, de forma generalizada, todos creemos que la vacunación va a suponer un punto de inflexión en la recuperación de la confianza de los consumidores, es difícil estimar con precisión qué va a pasar. Sabemos que durante este año hemos descubierto nuevas formas de disfrutar de nuestros restaurantes favoritos, que somos más exigentes con las medidas de higiene o incluso que han cambiado nuestras preferencias de pago. Pero, ¿cuáles de estos efectos van a perdurar en el tiempo?
Es cierto que los analistas prevén una fase de euforia cuando alcancemos la inmunidad de grupo, pero, debido a la naturaleza del sector servicios, ¿los niveles de confianza serán los mismos que antes de la pandemia? ¿Es posible que los clientes sigan apostando por disfrutar de su comida fuera del restaurante? ¿Podremos olvidarnos de las medidas más estrictas de higiene?
No cabe duda de que, tras vivir una situación traumática de forma colectiva, algunas de las modificaciones que ha traído el coronavirus se mantendrán entre nosotros. En parte por el miedo, y en parte también porque habremos descubierto hábitos que encajan con nuestro estilo de vida. Es muy probable que factores como la comida a domicilio o la desinfección exhaustiva se mantengan, de una forma u otra.
Ser capaz de atender estas nuevas demandas y resolver los desafíos que aparezcan con el nuevo escenario te ayudará a cosechar el éxito. Para ello, debes estar muy atento a las señales que te den los consumidores y saber reaccionar con agilidad. La única certeza que tienes de momento es la incertidumbre, y, como ha demostrado la situación actual, ser flexible será clave para no quedarte atrás.
Experimenta con presentaciones y formatos que te ayuden a sacar la comida fuera del restaurante. Aquí, uno de los grandes retos será la creación de platos que conserven su textura y sabor aunque no sean servidos al momento. También será interesante que conozcas distintos sistemas para preservar la comida y conservar su temperatura más tiempo. Darás un valor añadido a tus platos si estos son sostenibles y te permiten cuidar de la presentación.
Asimismo, vas a necesitar conocer técnicas de limpieza y desinfección adaptadas a la nueva realidad. Es muy posible que, después de estar más de un año en sus casas, los clientes guarden cierta cautela y exijan garantías una vez levantadas las restricciones. Solo con una combinación de conocimientos prácticos y teóricos tendrás la capacidad para prestar el mejor servicio.
Como puedes ver, la nueva situación va a traer consigo cambios y exigencias para las que tienes que estar preparado. Estudiar en una universidad de gastronomía te ayudará a tener unas bases sólidas, con las que no solo podrás ejecutar ciertas técnicas culinarias, sino también tomar decisiones que te permitan evolucionar y adaptarte a una realidad cambiante.
La diferencia entre una formación exclusivamente práctica y una reglada está, precisamente, en que gracias a la base teórica de la segunda contarás con las armas necesarias para hacer frente a cualquier situación. No solo conocerás los cómos, sino también los porqués.
Si tu sueño es formar parte de la industria de la gastronomía, la COVID-19 ha traído consigo oportunidades que no puedes dejar escapar. Para obtener ventaja ante tus competidores y dar respuestas de calidad a los clientes es fundamental que estés preparado y cuentes con una formación adecuada.